El restaurante con menú degustación que triunfa en un pueblo de León
La Posada El Embrujo, en Poladura de la Tercia, apuesta por la cocina casera con productos de la zona y un menú que cambia cada fin de semana
En el corazón de la montaña central leonesa, dentro de la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga, se encuentra La Posada El Embrujo, un acogedor hotel rural en el pequeño pueblo de Poladura de la Tercia. Su propietario, Ángel Redondo, ha creado aquí un concepto de menú degustación que se aleja de las propuestas de autor para centrarse en lo que mejor conoce: la cocina casera.
«No es el típico menú degustación de autor, es una comida casera y contundente», explica Ángel. La filosofía del restaurante es clara: apostar por el producto local. «Si ponemos carne vacuna, que las terneras sean de la zona; si es cordero, que sea de aquí, hasta donde podamos».
El menú es cerrado, consta de cinco platos: tres entrantes, un plato medio (de pescado o carne) y un plato principal, con postre. El café, de puchero, se sirve aparte. Todo por un precio de 21 euros.
La idea surgió de la propia limitación de la cocina. «Tuvimos una época con menú a elegir, pero preparar cuatro primeros y cuatro segundos era demasiado. Así que dijimos: 'Vamos a volver a nuestros inicios', con el menú degustación. Y la verdad, la gente queda contenta».
Trayectoria y proyecto de vida
El recorrido de Ángel en la hostelería también tiene su historia. «Empecé en Cubillas de Arbas montando un restaurante desde cero en una cuadra en ruinas. No sabía ni freír un huevo. Aprendí con mi abuela al teléfono. Luego te vas formando… y ahí nació el primer menú degustación».
Actualmente, el menú se sirve sábados, domingos y festivos, siempre bajo reserva. «No somos de guardar comida. Prefiero decir que no hay sitio antes que servir comida atrasada». Cada fin de semana el menú cambia, aunque «siempre puede repetirse algún plato que guste mucho». De hecho, Ángel reconoce que tres platos destacan entre los favoritos de los clientes: «el paté de queso, la morcilla casera y el solomillo a la mostaza».
Con dos comedores pequeños, la capacidad máxima es de 35 personas. La reserva previa es muy recomendable. «Para grupos grandes de más de 10 personas, cuanto antes se sepa, mejor», aconseja el propietario.
Oferta y demanda por parte de los clientes
Y si hay intolerancias o gustos personales, no hay problema: «Intentamos siempre que el cliente pueda disfrutar de los cinco platos. Si no puede tomar el paté de queso, por ejemplo, se lo cambiamos por cecina u otra cosa. Los platos son variados y no repetimos ingredientes».
Con la llegada del verano, La Posada El Embrujo se plantea ofrecer también el menú degustación entre semana, respondiendo a la demanda creciente de los clientes. «Es un concepto diferente aquí en la montaña… y la gente está contenta», asegura.
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